sábado, 19 de agosto de 2017

Tiempo de cambios (2ª parte)


Ahora ya si que es un ser autónomo con su personalidad bien marcada. Aunque tiene un buen carácter, cuando quiere algo, lo quiere ya y lógicamente no entiende porqué no puede salir corriendo como un loco sin un rumbo fijo cuando lo bajamos del coche, ni porqué no puede soltarse de la mano cuando caminamos por la calle, tampoco entiende porqué lo sujetamos cuando está en la piscina, ni porqué tiene que ir sentado en su sillita del coche como si fuera en un cohete espacial, se va dando cuenta de cada vez más cosas y algunas las acepta pero otras le cuesta un poquito.

Pero es normal, ya son 20 meses y en casi dos años la personalidad se ha forjado y se sigue forjando cada minuto del día. Ha descubierto que no es un apéndice nuestro, que tiene voz y aunque para el voto aún le queda, él intenta llevarnos por donde le interesa sin darse cuenta de que en realidad es al revés...

En definitiva, cambios, cambios y más cambios que sumar a los ya comentados hace unos meses en un anterior post del blog.

(Empezaré por el 8, justo donde lo dejé en la entrada "Tiempo de cambios")

8.- Descubrir el mundo junto a él significa tener que escuchar constantemente ¡mamaaa, mamaaaa, maaaamaaaa! mientras señala asombrado todo lo que se va encontrando en el paseo diario, y cuando digo todo, de verdad, es TODO. Después de esto, ¡no sé si sobreviviré a la etapa de los por qués! Piedras en el suelo, motos, coches, ambulancias, camiones, aviones, nubes, la luna y un largo etcétera, cualquier cosa que ve es motivo de jolgorio y alegría. Aunque lo más probable es acabar con un "ligero" dolor de cabeza de tanto escuchar mamaaaa (o papaaaa) durante una hora o lo que dure el paseo, da gusto ver lo que disfruta cuando nos topamos con una moto, como si fuera la primera que ve en su vida y como termina su descubrimiento con un "guaaaaau" de sorpresa, que previamente te ha escuchado a ti. Lo del "guau" me resulta curioso porque después ve a un perro y en lugar de responder: guau, guau (que le sale a las mil maravillas), si le preguntas como hace el perro él contesta convencidísimo: ah, ah, ah... 😅

9.- Trabajar en casa será misión imposible, al menos mientras esté despierto, aunque se entretiene bastante tiempo solo, ojeando sus cuentos, apilando objetos dispares o tratando de hacer puzzles, llega un momento en su concentración en el que se percata de que no estás por él y es entonces cuando tienes que dejar a medio escribir un email importante que terminarás cuatro horas más tarde y cuya contestación, que podría haber sido inmediata no llegará ya, hasta la mañana siguiente. Pero como siempre, el rato de juegos es muy divertido por eso compensa dejar algo de trabajo atrasado.
 

10.-  Estamos en verano y aunque estemos en la montaña, también tenemos días de calor intenso en los que la mejor solución es refrescarse en la piscina o el río. Pues jamás volverás a bañarte tranquilamente cuando él esté cerca. Este año ha descubierto que puede meterse debajo del agua y también que el agua aunque tenga una partícula de oxígeno, no se puede respirar. Todo su empeño está en hundir su cabeza y lo hace saltando hacia abajo y zafándose de tus manos. Pero a pesar de ese juego que no me gusta nada, me encanta la cara con la que me mira cuando quiere provocar en mi la risa, girando la cabeza para mirarme de reojo como si no me diera cuenta,  incluso me gusta el momento en el que trata de hacerme la dichosa jugarreta de meter la cabeza debajo del agua  mientras yo, que no le suelto ni un momento, le repito nerviosa una y otra vez que no lo haga más porque se puede ahogar... entonces se ríe, dejando ver esos dientecillos de ratón y se me van los nervios y el mosqueo de un suspiro (pero no le suelto ni un momento).


11.- Aprenderás a disfrutar hasta de las cosas más pequeñas como si no hubiera nada más en el mundo.  Una hoja flotando en el agua, un insecto que camina cerca de los pies, ver el agua caer goteando poco a poco de una pelota de esponja mojada...  mientras le miro pienso que daría lo que fuera por recuperar esa sencilla y a la vez complicada curiosidad con la que observa el mundo.  Me encanta ver como disfruta comiendose un albaricoque, mordiéndolo con ahínco y con el empeño de llegar hasta el hueso. Yo lo saco a través del hueco que deja su bocado mientras me observa atento,  tratando de entender que hace eso ahí dentro. Esa curiosidad por las cosas pequeñas, esa curiosidad por la vida, tan grande y saliendo de un ser minúsculo.

12.- La vuelta a casa caminando se convertirá en una romería, recogerá todas las piedras y palos que vaya encontrando por el camino y si además ha llovido querrá tirar las piedras en cada charco que encontramos por la calle, y yo me siento la peor de las personas cuando pongo fin a sus juegos porque tenemos que volver a casa, provocando su enfado. Por suerte enseguida se le pasa y vuelve a mirarme con esos ojos suyos que me vuelven loca de remate.

13.- A veces la paciencia se agota y es inevitable soltar un ¡Basta ya!, ¡Calla un poco, por favor, que me estás volviendo loca!... Algo totalmente normal cuando pasas la mayor parte del día con él y no deja de hablar como si fuera un papagallo, repitiendo una y otra vez la palabra mágica que tanto le costó decir y que ahora repite como un mantra, ¡MAMÁ!  😅 Pero cuando me pasa esto, siempre respiro hondo, cuento hasta 10 (o 20) y después le pido perdón, por perder los nervios, por los momentos en los que tengo que quitarle de las manos un objeto peligroso, por cuando tengo que cambiar mi tono de voz para evitar que toque algo que puede hacerle daño y él en su inmensa bondad que no sabe porqué de repente estoy así, me perdona y me abraza con fuerza.

14.- Nunca jamás volverás a mantener una conversación con tu pareja, amiga, madre (con esta directamente ya no hablas, porque cuando llama prefiere hablar con otro interlocutor: él), ni con cualquier otro adulto mientras él esté presente. La conversación será una mezcla de frases con sentido, intercaladas con otras sin sentido interrumpidas por constantes ¡Mamá!, ¡mmmmm!, ¡Papá! ¡Tita!, ¡Oh sí,  que bonita excavadora Ares!, ¡Ares eso es peligroso,  puedes hacerte daño!.....

15.- A partir de ahora cuesta más que obedezca a la primera, y aunque ya pide que le cambies el pañal cuando ha hecho aguas mayores, cuando le pides que venga para cambiarle el pañal porque toca, se hace el remolón y toca perseguirlo un poco de sofá en sofá como si de un juego se tratara.  Por suerte cuando llega la hora de comer o de ir a dormir por la noche, no discute y sin rechistar come todo lo que toca y se echa a dormir.


De un tiempo a esta parte, cada día descubrimos una nueva faceta que nos deja descolocados, lo que significa que se avecinan más y más cambios para los que no estamos preparados 😅 pero, ¿quien lo está con un niño que camina a una velocidad de vértigo hacia los maravillosos 2 años? Seguiremos informando porque ésta será tan solo una entrada más por completar.




Esther Rh





 



No hay comentarios:

Publicar un comentario